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EL AGUA DEBE PRESERVARSE COMO UN PATRIMONIO DE INTERÉS COMÚN


Pese a que recientemente la Corte Constitucional protegió los páramos de la explotación minera, también se debe crear conciencia de sus cuidados desde los diferentes grupos sociales.

En un análisis del sistema de agua en Colombia, el docente Gonzalo Duque Escobar, coordinador del Museo Samoga de la U.N. Sede Manizales, advierte: “esa conciencia socioambiental permitiría observar al preciado líquido como un patrimonio de interés común, más que un recurso humano”.

En el país, acotó Duque Escobar, los 38 páramos existentes generan el 50 % del recurso hídrico. De ese número, tres de estos ecosistemas -Tatamá, Caramanta y el parque Los Nevados- hacen parte de la ecorregión cafetera.

El parque Los Nevados, que en 1979 registraba 30 kilómetros cuadrados de hielo, hoy solo presenta una tercera parte de esa extensión. “Hubo una época en que se sembró papa, existió una empresa de lana, había presencia de ganado y quema. Son situaciones que afectaron su naturaleza”, precisó el docente que en alguna ocasión dirigió el Instituto de Estudios Ambientales, IDEA de la U.N.

A raíz de esa serie de condiciones adversas, el experto recordó que bajo los páramos están ubicados los bosques alto andinos, sector poco visto que adolece de políticas ambientales para su protección. Hoy día, advierte el docente, proliferan los potreros por efectos de los productores de café, quienes tras los cambios climáticos escogen las tierras más altas para sembrar el grano.

“Esos bosques están sobre todo en el cordón de la Cordillera Central, por eso urge establecer corredores biológicos y desterrar las explotaciones mineras, con lo cual se limpiarían de mercurio las cuencas de los ríos Supía, Chinchiná y Marmato en Caldas”, manifestó el académico.

Mejorar la cultura

En Colombia, el 56 % del agua se encuentra en las regiones de la Amazonia, Pacífico y Orinoquia. El resto (33.5 %) está en el Caribe y la región Andina (10.5 %). Justamente en esta última, como lo aseguró el docente, se concentra la mayor población (80 %).

“Esta región es un jardín desforestado, donde aunque el 50 % del suelo es apto para bosques, solo el 20 % los tiene, convirtiéndose en un pavimento verde donde se desarrolla un descontrol hídrico y pluviométrico, reflejado en temporadas extremas de sequía y de crudos inviernos”, aseguró el experto.

Los efectos de esas condiciones repercuten en las quebradas con suelos que pierden humedad y se resquebrajan en tiempo seco, pero en época de lluvia erosionan desde sus cauces, se desprenden las laderas y provocan inundaciones.

Además, también se genera la pérdida de cultivos y afecta la vida de los peces en los mares, ríos y ciénagas, esto provoca una problemática gigantesca en regiones como el Caribe, hasta donde llegan las consecuencias de lo que hacemos en los departamentos andinos”, explicó el coordinador del Museo Samoga.

Finalmente, en el Eje Cafetero, donde el mayor acuífero es el río Magdalena, por otros efectos como el fenómeno de El Niño, se presenta en mayor grado el desabastecimiento de agua. “En Salamina y La Merced esta situación se sigue presentando por dificultades técnico-operativas, mientras que en Riosucio se deriva de conflictos asociados al uso para consumo humano-doméstico”, advirtió el profesor Duque.

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